Hasta que llegó Resistible al sector de las funerarias, jamás el adjetivo ‘bonito’ se había utilizado para describir un ataúd. Pero no solo eso. Hasta que el emprendedor burgalés Manuel Revilla ideó un féretro elaborado al 100% con materiales sostenibles, pocos nos habíamos propuesto cómo ser más ecológicos en un ritual que a todos nos llegará como es la muerte. Diseño, sostenibilidad e innovación son las claves de esta empresa burgalesa que arranca con fuerza en un sector muy tradicional.
El diseñador y responsable de Resistible se preguntó en un café con amigos “¿Cómo me gustaría que fuera mi funeral?” Y empezó a trabajar en la idea hasta tener un producto validado. “Un ataúd personalizado, respetuoso con el medio ambiente y que hace mucho más agradable para los familiares este último adiós”.
Parte del valor diferencial de Resistible es que diseña ataúdes ecológicos, más acorde con la sensibilidad medioambiental de hoy en día. Sin embargo, su propuesta va más allá. “Ofrecemos una experiencia no dramática del entierro, quizás pensando más en los deseos de las familias, donde no todo esté dado de antemano ”. Se trata, a su vez, de un cambio en el concepto del rito funerario, más agradable y acorde con los deseos de muchas familias. Y nadie hasta ahora estaba escuchando esa necesidad de cambio.
A nivel técnico, los féretros de Resistible tienen apariencia de madera y están preparados para soportar el mismo peso que las arcas tradicionales y cumplir con las normas sanitarias exigibles en el sector. Sin embargo están hechos de cartón reciclado, un material sostenible y fácilmente biodegradable. Su base está impermeabilizada con materiales ecológicos, y por el momento, su gama se centra en tres colores naturales: mar, garbanzo y oliva.
Una de sus peculiaridades es que su tapa, acabada con pintura de pizarra al agua, ofrece la posibilidad a los familiares de dedicar sus últimas palabras, convirtiendo la ceremonia en un acto personalizable, en un soporte de emociones. Además, las ramas de un árbol –también fabricado en cartón reciclado- sostienen las misivas y deseos de los seres cercanos, creando una atmósfera cercana, personal.
“Nuestra aspiración es ayudar a las familias a que transformen una experiencia negativa y pasiva a una ceremonia activa y positiva” explica Manuel Revilla, que viene del mundo de las Bellas Artes. En este sentido, el empresario asegura que la mejor recompensa por sus años de trabajo es el “agradecimiento de las propias familias”, su emoción por haber realizado la despedida que querían, no que les imponían.
Comercialización de Eco Coffin
Paintable Eco-Coffin es un producto que ha sido mimado durante cinco años antes de que iniciara su comercialización a mediados de 2016, cuando la funeraria La Paz (Burgos) compró las primeras unidades de estos pioneros ataúdes ecológicos. “Justamente la falta de referencias en un producto totalmente diferencial nos ha hecho ir más lentos a nivel de fabricación y normativas”, subraya el emprendedor.
Revilla asegura que su producto ha tenido que cumplir pruebas más exigentes de lo que hace un ataúd convencional de madera, extremo que les ha servido para perfeccionar al máximo el producto, ralentizando, también, su salida al mercado más de lo esperado. No obstante, los resultados están llegando y la aceptación en el mercado no se han hecho esperar.
“La innovación es hacer algo que no tiene ningún referente; es muy bonito desarrollar una idea, una ilusión, pero es un camino donde también se sufre”, advierte el empresario a futuros emprendedores innovadores.
Tanto el diseño como la ejecución corren a cargo del artesano burgalés, cuyo prototipo, pruebas de laboratorio y certificaciones técnicas fueron financiadas por el programa Emprendedores Fundación Caja de Burgos y realizadas por el laboratorio tecnológico AIDIMA.
“He llegado hasta aquí gracias al programa Emprendedores; yo era un creador, un artesano; ahora además, soy un empresario que sabe vender su producto, y ese cambio de mentalidad, en mi caso, ha sido fundamental para poder progresar”, reconoce.
Cuando se le pregunta por la acogida en el mercado responde la buena aceptación que tuvo en la Feria de Muestras de Valencia cuando recibió elogios y entrevistas de los especialistas del sector. No obstante, la comercialización de este tipo de producto depende en gran medida de las funerarias, que son las que finalmente las ofrecen al consumidor final.
“Estamos abiertos a recibir pedidos individuales; al final las empresas del sector deben aceptar la decisión del cliente, pero lo ideal es evitar molestias innecesarias a las familias en momentos tan delicados, y propiciar que Eco Coffin sea una alternativa a la gama que tradicionalmente ofrecen los servicios funerarios”, concluye el diseñador.