En 2017, el Programa Emprendedores de Fundación Caja de Burgos impulsó la creación de academias y centros formativos que reivindican la innovación metodológica y la búsqueda de la motivación del alumnado como motor de aprendizaje  -no te pierdas la historia de Bit Academy-

17 de enero de 2018

Desde principios de enero de 2018  un nuevo espacio de aprendizaje musical se inauguraba en la ciudad de Burgos: La Casa de la Música . El proyecto,  promovido por la emprendedora y licenciada en Musicología, Rocío Madueño, aspira a que los niños desde los 3 meses hasta los 12 años sean capaces de “pensar en música” y expresar sus emociones a través de ella.  Vital y entusiasta, Rocío apuesta por una enseñanza natural donde la motivación y la curiosidad sean los motores que empujen al niño a desarrollarse musicalmente.

 

Inicios como escuela de música itinerante

Rocío Madueño es la promotora de la Casa de la Música, un espacio de aprendizaje musical bajo el sello Yoglar.

La Casa de la Música es, en realidad, una continuación de su primer proyecto empresarial Yoglar, una escuela de música Itinerante, que viaja desde el año 2013 por los colegios de Burgos, ofreciendo a los escolares otras formas alternativas “y más naturales” de entender la música. Creció la demanda de sus clases y Rocío vio la oportunidad de crear una sede única donde acoger a niños de diferentes colegios y ampliar los grupos de edad.

Así, el lugar escogido para arrancar este nuevo proyecto es un antiguo taller ubicado en la calle Sedano número 7. Cuenta la emprendedora que este espacio la conquistó por su estética industrial.  Colores grises y neutros,  espacios amplios y diáfanos albergan dos aulas de música, a las que se accede por un espacio común, rodeado de plantas y pequeños arbustos, denominado ‘El Bosque Musical’.

Esta zona se ofrece como un complemento a las clases y es un área de juego en los niños y niñas pueden realizar actividades para desarrollar su musicalidad o bien para entender cualidades del sonido acompañados por personajes como la Ranita Melodía o Antón Pianero.

En este espacio –explica la educadora-  son los niños los que deciden qué parte del recorrido quieren explorar. “Así reforzamos su motivación y curiosidad por la música porque lo que hacemos en las clases siempre tiene algo que ver con las propuestas del Bosque Musical”, explica la promotora.

 

La Casa de la Música se encuentra en un antiguo taller de la calle Sedano. Techos altos, plantas y arbustos, espacios diáfanos y una estética industrial son la propuesta de este nuevo proyecto educativo.

Aprendizaje musical a través del juego

La teoría del pedagogo musical Edwin Gordon conforma la base de la metodología  que aplican las cuatro profesoras que trabajan en este nuevo centro. Este investigador norteamericano en los años 80 reivindicaba la capacidad de pensar música con comprensión, ya que ésta es la base de la apreciación musical y en última instancia la gran meta de la enseñanza musical.

«Nuestro método atiende el modo en el que los niños interiorizan los elementos musicales. En las clases son ellos los verdaderos protagonistas y tienen un aprendizaje basado en su propia experiencia», relata la directora del centro. Gordon descubrió en su investigación que las etapas que el niño tiene que superar son muy similares a las de la adquisición de la lengua materna. «Por eso, el proceso que seguimos es el mismo: escuchar-imitar-improvisar-leer-escribir, y por supuesto, compartir», concluye la profesora.

Así, el espacio musical impulsado por la musicóloga Rocío Madueño con la ayuda del programa Emprendedores de Fundación Caja de Burgos se centra en dos premisas:

  • Observar cómo el niño aprende
  • Detectar cuáles son sus ‘centros de interés’ –son diferentes dependiendo de su edad o su desarrollo-  para así adaptar las didácticas en las aulas en función de estos generadores de interés.

“En bebés, por ejemplo, no utilizamos el lenguaje, en estas clases no hay palabras. Entre 3 y 4 años recurrimos a las historias y a los cuentos para apelar a su centro de interés: la imaginación y así acercarlos a la música”, explica.

La Casa de la Música de Burgos reivindica la motivación y la curiosidad como motor de aprendizaje de su alumnado.  Y aquí es donde el juego tiene un papel protagonista.  Para Rocío Madueño los niños siempre muestran un alto interés por aprender a través del juego porque es la forma en la que entienden su entorno y su mundo. “No obstante, explicamos a los papás que nuestro juego no es entretenimiento porque perseguimos siempre objetivos didácticos”. Y es que, en la Casa de la Música no utilizan la música para jugar sino que recurren al juego para aprender música. Ahí justo reside su innovación pedagógica.

 

De izquierda a derecha, las profesoras de la Casa de la Música Andrea Ibañez, Rocío Madueño y Esther Silvo, que junto con Almudena Esparza completan el equipo de este nuevo proyecto educativo en Burgos.

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