En un contexto de incertidumbre como el actual, en el que, con mayor frecuencia hablamos de Inteligencia Artificial y su impacto en los puestos de trabajo, la consultora y experta en innovación Mosiri Cabezas, apuesta por que las personas centren sus esfuerzos en aquello que las hacen a super-poderosas y las diferencia de las máquinas.
"Para mí, la clave está en la dimensión emocional. Nos distinguen las emociones bien entendidas y bien gestionadas. Si sabemos cómo lidiar con nuestros "picos emocionales" y los de los demás (dolor, miedo, alegría, rabia…), encontraremos entornos de suavidad con los que conseguimos sociedades maduras, alejándonos de aquellas sociedades más infantiles, que además son volubles y más dominables por agentes externos".
16 de junio de 2023
Minutos antes de empezar la conferencia del Encuentro Empresarial 2023 organizada por FAE y Fundación Caja de Burgos, conversamos con la invitada de esta nueva edición, la ex directiva de IKEA y experta en Innovación y Sostenibilidad Mosiri Cabezas. Si durante su intervención con el público la consultora apeló al poder de las redes, colaboraciones y ecosistemas para progresar en un proyecto de ciudad, en esta entrevista, Mosiri Cabezas desarrolla la relevancia de la gestión emocional de las personas en entornos profesionales o cómo el pensamiento, el «para qué», debe anteceder al uso de la tecnología.
En su apuesta por educar para el futuro, Mosiri defiende que los niños y niñas desarrollen una educación humanista, con el foco en el desarrollo integral de la persona. Porque antes del aprendizaje tecnológico, los menores tienen que saber leer, comprender y empatizar. “No podemos prescindir del latín, tenemos que entender gramática, fomentar la capacidad de comprensión lectora en los jóvenes (…) ¿Cómo voy a poder convencerte, motivarte, inspirarte para que cambies si no me entiendes, si no me emociono cuando hablo, si no entiendo tu miedo, si no me pongo en tu lugar? Todo esto es básico y poco tiene nada que ver con tecnología”
CANAL EMPRESA | CRISTINA ULLOA
Pregunta.- Asociamos el término de la digitalización con tecnología, análisis de datos, inteligencia artificial… Sin embargo, para emprender un proceso de cambio y de transformación, debemos potenciar en la empresa y centros educativos esa capacidad de gestionar la incertidumbre. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Respuesta- Esta mañana en una conversación con personas del entorno empresarial de Burgos, me comentaban que en una encuesta que se ha hecho a los jóvenes para entender qué buscan, qué esperan y cómo Burgos puede acercar esos deseos con la realidad, sorprendentemente, no buscan ni capacidad de progresar, ni salarios más altos, ni compañías tecnológicas. Buscan certidumbre, buscan seguridad. Y la realidad es que yo creo que lo único seguro en la vida es el cambio.
«Tenemos que ser capaces de trasladar a los jóvenes y a los no tan jóvenes que tenemos que estar dotados de herramientas suficientes como para no tener miedo a todo lo que vaya a suceder». Mosiri Cabezas
Porque hay muchas cosas que no controlamos. La incertidumbre es, sin duda, una variable cada vez más común en estos procesos que estamos viviendo. Hablamos y vivimos en un mundo VUCA, volátil e incierto. Todo lo que estamos viviendo en los últimos años, más allá de la tecnología, es incierto. ¿Quién nos iba a decir a nosotros que casi, casi en un año y medio iban a suceder una guerra, una crisis energética, una pseudo crisis económica y una pandemia?
Todo eso es incertidumbre. Y sin embargo, hemos sabido adaptarnos. La incertidumbre es algo que tenemos que saber navegar, y la tecnología y la transformación nos tienen que dotar de herramientas para ser todavía más versátiles.
P- ¿Uno de los retos en las sociedades actuales podría ser que los jóvenes integraran en su aprendizaje esa capacidad de adaptación y de cambio?
R- Tenemos que dar a la sociedad herramientas para que sean capaces de evolucionar. Tengas 50, 40 o 30 años o seas un adolescente, todos, vamos a tener que estar formándonos permanentemente, porque cada vez el mundo es más rápido, los cambios son más rápidos y las adaptaciones tienen que ser más rápidas.
«Si no tenemos una base de conocimiento y una base de capacidades blandas que nos permitan ser como camaleones, cada vez tendremos más inseguridades, tendremos más miedo y nos dará más miedo esa incertidumbre». Mosiri Cabezas
Para ello, tenemos que ser humildes, porque, en realidad, sabemos muy poco y cada día vamos a tener que estar aprendiendo. Humildes también para rodearnos de personas que complementen nuestras capacidades, las blandas y las duras. También, debemos ser muy valientes, porque vamos a tener que tomar decisiones en esos entornos de incertidumbres, no teniendo siempre toda la información y aprendiendo a veces sobre la marcha.
P- ¿No crees que en ocasiones se penaliza la valentía en las empresas?
R-Qué pregunta tan difícil. Depende de la cultura de las empresas. Hay empresas que fomentan la valentía, fomentan la innovación, fomentan los espíritus atrevidos, pero no todas. Si tú eres una profesional valiente, si eres atrevida… tienes que encontrar compañías donde haya una cultura donde eso se premia.
Valentía no necesariamente es rebeldía. Valentía es ver los problemas desde otro punto de vista y ser capaz, dentro de un entorno corporativo, encontrar la manera de resolver esos problemas. Valentía también es encontrar la manera de decir las cosas de determinada forma como para hackear el modelo y hacer que las cosas pasen.
P- ¿Las grandes corporaciones ven con mejores ojos estos perfiles de profesionales más disruptivos que las pymes?
R- Es una cuestión cultural. Yo creo que en las grandes corporaciones a veces pecan de inmovilismo. La propia jerarquía, la propia organización facilita que el movimiento sea lento porque conviene. Pero se puede formar parte de una compañía pequeña y que esté sumamente jerarquizada y donde haya procesos que las conviertan en burocráticas.
Creo que la clave está en cómo combinar esas grandes estructuras que requieren de procesos y de organizaciones estructuradas y jerárquicas sin favorecer el inmovilismo. Esto lo hemos vivido con el COVID, donde todos éramos capaces de hacer todo y de saltarnos todos los procesos en pro de un objetivo común. Esto va tener un objetivo común. A mí me gusta mucho sacar cosas positivas, por ejemplo, del ejército.
No hay nada más jerarquizado que el ejército. En Suecia, si no me equivoco, fueron capaces de transformar a las azafatas de vuelo en enfermeras y auxiliares para atender un país cuando las líneas aéreas suecas no podían volar. Entonces no es una cuestión de esta organización o la otra.
«No es una cuestión de poder, es una cuestión de querer. Durante el confinamiento, todos fuimos capaces de trabajar desde casa de un día para otro. Fuimos capaces de dar clase, de estudiar, de hacer muchas cosas. ¿Por qué? Porque había una crisis, porque todos estábamos como en una situación inesperada y porque todos queríamos», Mosiri Cabezas.
P-¿La transformación digital pasa por una transformación previa de la persona?
R- Me gusta plantear a los profesionales lo siguiente: Cuándo vuelves a casa, si la empresa donde trabajas fuera tuya, ¿qué habrías hecho diferente?
¿Habrías dedicado este tiempo en la reunión o habrías sido más conciso? ¿Habrías sido capaz de hacer lo mismo en media hora…? ¿Si en lugar de haber copiado a 20 personas en un correo, hubieras llamado a la persona indicada? Esto es una cuestión personal y moral. Es muy fácil ocultarnos detrás de la tecnología, detrás del proceso o detrás de un mail con copia a 700 personas.
«Más que de transformación y de transformación digital, a veces es una cuestión de hacernos la vida sencilla y hacernos la pregunta, ¿y si esto fuera mío, solo mío, actuaría así? Hay que apelar a lo más básico» Mosiri Cabezas
P- Defiendes que la tecnología, si no sirve para mejorar el proceso, se puede tirar a la basura, no sirve para nada. ¿Qué lugar ocupa el cliente en la toma de decisiones de la empresa?
R-He liderado procesos de transformación en tres grandes compañías, muy distintas. Y la pregunta que nos hemos hecho siempre en mi equipo es «¿Para qué?»
Hay que plantear en los equipos si realmente necesitamos una App, un chatbot, una ingeniería de procesos… siempre bajo la pregunta ¿Para qué?.
«El para qué precede a la tecnología. Debemos preguntarnos qué necesidad o qué problema queremos resolver. Y sólo, después, encontrar la herramienta adecuada» Mosiri Cabezas
Después, ya haremos un análisis de si esta tecnología que hemos implantado ha conseguido resolver este problema o satisfacer esta necesidad. Porque si no, hacemos rollback, volvemos a empezar y nos volvemos a hacer la pregunta.
¿Qué quiere nuestro cliente? ¿A quién nos estamos dirigiendo? ¿Qué problema necesitamos resolver?
Hay una charla TED de Simon Sinek en el que apela a un «por qué» inicial, en el que se refleja por qué hacemos lo que hacemos, nuestra motivación y propósito como empresa. El «por qué», después el «cómo» y el «qué» fabricamos, qué tecnología necesitamos, siempre al final. Yo además añado la capa del «para qué». Y utilizo otras preguntas en el ínterin como el «quién», porque en estos procesos de transformación también es muy importante saber quién te va a ayudar a implementar ese qué. La tecnología requiere de una reflexión. Si no nos preguntamos para qué necesitamos un chatbot, tendremos un chatbot que no servirá para nada, sino, seguramente, complique nuestra actividad.
P- En la charla de hoy, vas a hablar de la relevancia de las emociones en esta era donde la inteligencia artificial va a automatizar tantos procesos que antes desarrollábamos los humanos
R- En esa línea de obsesionarnos por la tecnología, de tener la sensación de que van a desaparecer muchos puestos de trabajo, y que esa inteligencia artificial nos va a dominar…. tenemos que pensar en qué nos hace a nosotros super-poderosos y qué nos distingue a nosotros de las máquinas.
Y para mí son las emociones bien entendidas y bien gestionadas. Tenemos que tener cultura general, tenemos que tener una serie de capacidades que las tenemos que adquirir con el esfuerzo y el conocimiento y las tenemos que entrenar. Tenemos que saber leer, tenemos que entrenar nuestra lectura, tenemos que conocer la naturaleza y las fuerzas de la naturaleza, la física, la química. Tenemos que saber comunicarnos bien.
«Somos seres emocionales, tenemos que aprender a gestionarlas para nuestro propio bien, y para el bien de los entornos en los que trabajamos o vivimos». Mosiri Cabezas
Somos seres emocionales, pero cada vez más nos cuesta comprenderlas, conocerlas, dominarlas y utilizarlas. De la misma manera que tenemos que dominar nuestros conocimientos, aprender y seguir entrenando, aprender sobre tecnología y dominarla para que se convierta en un super poder, nuestras emociones, bien gestionadas, son estupendas.
El miedo es una emoción que quiere decir muchas cosas. Si la entendemos, la dominamos y la colocamos a nuestro lado, nos permite ser todavía más capaces.
P- Alinear conocimiento y emoción, ¿es lo que defiendes?
Esto va de tres herramientas: Una, nuestras capacidades y nuestros conocimientos duros. Dos, la tecnología que nos tiene que hacer amplificar todo eso y es súper poderosa. Y tres, el control de las emociones.
Y me explico, no podemos crear una generación de gente asustada, de personas que se rindan con facilidad ante la adversidad. Ni de personas con egos gigantes. Y para eso, necesitamos tener dominio de todo lo que somos, y es muy importante reconocer que, en parte, somos emociones.
«Saber gestionar los picos emocionales (dolor, miedo, alegría…) ayuda a encontrar los entornos de suavidad con los que conseguimos sociedades maduras, no sociedades infantiles, que además son volubles y más dominables por agentes externos». Mosiri Cabezas
P- Al hilo de lo que comentamos, de sociedades infantiles, la socióloga Adela Cortina sostiene en un artículo reciente que en esta era de Internet y de pantallas, el progreso como sociedad se torna, cada vez, más complicado por un incremente en el déficit de atención, especialmente en los niños. Explicaba que es muy difícil que podamos progresar porque somos incapaces de leer un libro entero, y ello lleva solo a pensamientos fragmentarios.
R-Estoy de acuerdo con la pensadora que mencionas. Yo creo que tendríamos que hacer lo que llevan haciendo algunos colegios de élite americanos a donde llevan a sus hijos los genios del mundo de Internet. Y es que los niños, hasta una determinada edad, no deberían tener acceso a la tecnología. En los colegios se tiene que volver al papel y el lápiz.
«Sobre el uso de la tecnología en la infancia, creo que es en lo poco en lo que deberíamos ser radicales. Un niño esculpe su cerebro o aprende a tener atención al principio de su vida. Estamos esculpiendo cerebros, estamos esculpiendo mentes y estamos esculpiendo el futuro de nuestras sociedades». Mosiri Cabezas
Tenemos una tecnología tan fácil de usar como la de un smartphone y sabemos que si se la ofrecemos a los chavales con 14 años, los niños la aprenden rápidamente, Entonces, ¿por qué no esperamos a los 14 años? Estamos sometiendo a esa infancia a una tecnología que ni nosotros sabemos hasta dónde nos lleva… El efecto que tienen sobre nuestros cerebros.
Creo que tendríamos que ser más radicales, pero en este aspecto somos muy cobardes. Hay un libro de un pensador, que se llama Nicholas Carr, que escribió varios libros y artículos sobre estos efectos, y de hecho, yo creo que lo acabaron silenciando.
En sus libros, Carr habla precisamente de esto, de la importancia de la atención, el foco y la lectura. España es uno de los países donde los estudiantes tienen menos comprensión lectora. Si no leemos y lo poco que leemos no lo comprendemos, no somos capaces de decodificar nada. Ya no me refiero a estudiar una carrera, digo entender un texto de un periódico, tener capacidad de entender, analizar y comunicarnos.
En mis libros, yo siempre he hablado de transformación digital desde el sentido común, desde el humanismo, desde el Renacimiento. No podemos prescindir del latín, de entender gramática, la construcción de las frases, hablar con propiedad, tener riqueza de vocabulario. Si no existe comunicación, todo lo demás no existe.
¿Cómo voy a poder convencerte, motivarte, inspirarte para que cambies si no me entiendes, si no me emociono cuando hablo, si no entiendo tu miedo, si no me pongo en tu lugar? Eso no tiene nada que ver con tecnología, nada que ver.
«Si nuestros hijos no les enseñamos la curiosidad de la lectura, la magia de la lectura, la belleza del Renacimiento, la belleza de la naturaleza, las estaciones, cómo sembrar… lo demás está en el aire». Mosiri Cabezas
Hemos llegado aquí, y ha habido muchas revoluciones tecnológicas previas a la nuestra. La tecnología es la imprenta, la tecnología es el fuego dominado por el hombre. La tecnología es la rueda. La tecnología son las lentes que se inventaron en los países del norte de Europa en un momento de eclosión de ciencia, donde se convergían las ciencias con el arte y el conocimiento del mundo. Y aquí estamos. Pero esa gente leía. Esa gente hablaba. Esa gente conversaba. No estaba aislada. Está muy bien que abordemos una nueva era de inteligencia artificial, pero para entenderla debemos retornar a estos aspectos básicos.
*FOTOGRAFÍAS / TRABAJO AUDIOVISUAL: ALEJANDRO HERAS y ADRIÁN RODRÍGUEZ