De trato cercano y amable, el responsable de Grupo Rice Ricardo Garilleti nos recibe, en la recepción de uno de sus establecimientos, el hotel Palacio de los Blasones de Burgos.
Con cinco décadas de experiencia como hostelero, estamos, probablemente, ante uno de los grandes conocedores del sector en Burgos. También es un anfitrión con una capacidad especial para hacer sentir cómoda a la persona que tiene en frente. Valores indispensables, cercanía y la confianza, para un sector muy competitivo que lucha por diferenciarse y ganarse la fidelidad de viajero y visitantes.
En esta entrevista, Garilleti nos detalla cómo uno de los grupos hosteleros más relevantes de Burgos supo sobreponerse a la crisis por el Covid. “Nos vimos obligados a convivir con la incertidumbre pero sabiendo, al mismo tiempo, que había que tomar decisiones, buenas decisiones, sin tener todas las certezas en la mano”.
También, confiesa, que el Covid ha cambiado el orden de prioridades frente a la vida. Mi percepción es que la gente en esta pandemia se ha dado cuenta de que esta vida no es tan larga y los mejores momentos se pasan compartiendo una mesa, en un viaje agradable.
7 de diciembre de 2021
CANAL EMPRESA | CRISTINA ULLOA
P.- Empezó a trabajar desde muy joven en el negocio de sus padres, ¿se puede decir que Ricardo Garelleti es el hostelero con más experiencia de la ciudad de Burgos?
RG.- No sé si el que más, pero, con 50 años trabajando en el sector, diría que fácilmente estoy entre los empresarios con más experiencia, sí.
P.- ¿Cuántos negocios/ establecimientos gestiona el Grupo Rice en Burgos?
RG.- Desde Grupo Rice gestionamos tres hoteles: Rice, Bulevar y Palacio de los Blasones, además de los apartamentos urbanos Eleven Rooms. En el campo de la restauración, tenemos el restaurante Puerta Real, La Finca (el restaurante del Hotel Palacio Blasones), y nuestra última apertura en julio de 2020, Basterra Gastro Bar. Además de la empresa de Catering Rice.
P.- ¿Cuál ha sido el impacto en la facturación por el Covid? ¿Cómo ha afectado a la plantilla?
RG.- El año 2020 fue un año para olvidar, en el que llegamos a tener todos nuestros negocios cerrados, con cero ingresos y teniendo que mantener una estructura de gastos fijos importante. Terrible.
En ese momento, tuvimos que buscar soluciones financieras que nos ayudaran en ese momento tan crítico. El año 2021 también comenzó mal porque hubo muchas restricciones y problemas de movilidad, pero a partir de este segundo semestre de 2021 hemos notado una recuperación importante en todos los sectores; apartamentos, hoteles y restauración.
En cuanto a nuestra plantilla, desde hace ya meses tenemos recuperada la totalidad de la plantilla, y actualmente tenemos en torno a un 15 o 20% más empleados que antes del Covid gracias a la nueva unidad de negocio que es Basterra. Aproximadamente hemos pasado de 80 empleados a los 100 actuales aproximadamente en el grupo.
P.- ¿Qué ha aprendido de esta crisis?
RG.-
Sobre todo a lo que te obliga esta pandemia es a ejercitar la templanza, la paciencia y la capacidad de tener una mente fría para buscar soluciones de forma rápida y al mismo tiempo actuar con diligencia. Esta crisis nos ha enseñado a convivir con la incertidumbre, y a pesar de ello, tomar buenas decisiones.
El exceso de nervios o una incertidumbre mal gestionada llevan a tomar decisiones erróneas.
P.- Con la perspectiva que da el tiempo, ¿cuáles han sido, en su opinión, las ayudas institucionales más efectivas durante la pandemia, y cuáles las fallidas?
RG.-
Ha habido dos medidas que han hecho que muchas empresas salgamos adelante que son los ICO y los ERTEs. Si no hubiera sido por estas dos apoyos, un porcentaje más amplio de empresas habrían cerrado porque en 2020 en nuestro sector no tuvimos ingresos.
Ayudas directas ha habido menos; hemos tramitado alguna de la Junta de Castilla y León o del Ayuntamiento, en una cantidad menor.
También destaco a nivel local el buen funcionamiento de los Bonos de Hostelería del Ayuntamiento porque han movido muchísima gente a la calle, ha sido una buena iniciativa y lo hemos notado desde el comercio a la hostelería.
P.- ¿Y cuándo los bonos lleguen a su fin?
RG.- En este aspecto soy optimista. Creo que la gente tiene ganas de disfrutar y continuará saliendo, aunque como hemos visto todo en torno al Covid puede ser muy cambiante.
Mi percepción es que la gente en esta pandemia se ha dado cuenta de que esta vida no es tan larga y los mejores momentos se pasan compartiendo una mesa, en un viaje agradable, y ahí sí que puede haber un cambio de paradigma en cuanto a cambiar nuestras prioridades.
P.- Los grupos medianos o grandes han tenido mayor capacidad de respuesta frente al Covid
RG.- El Grupo Rice tiene un tamaño mediano, y yo creo que el tamaño no ha sido algo decisivo en el sector hotelero. En otras crisis, quizás los grupos grandes con establecimientos en distintos países podría compensar la bajada de ingresos de un país con la subido de otro, pero esta pandemia ha sido mundial.
La respuesta de las empresas hoteleras a esta crisis sanitaria no creo que esté vinculado al tamaño, sino de cómo la empresa estuviera estructurada, del momento, del nivel de endeudamiento en el momento de la crisis. Hay empresas pequeñas y autónomos que han aguantado perfectamente porque su nivel de gastos era más pequeño, empresas medianas que hemos aguantado, y grandes cadenas hoteleras que han cambiado de mano.
P.- En 2021 Fundación Caja de Burgos a través de su Sociedad de Capital Riesgo ASOCIA INVERSIÓN concedió a Grupo Rice un préstamo participativo de 500.000 euros y apoyo técnico para ayudar a su recuperación. ¿Qué ha supuesto este apoyo para la compañía?
RG.-
Entrar en ASOCIA INVERSIÓN ha sido muy positivo para nuestro grupo. A nivel personal estoy encantado de que una entidad burgalesa como Fundación Caja de Burgos ayude a fortalecer el propio tejido empresarial de la ciudad.
A nivel empresarial, esta relación nos ha venido muy bien. De alguna forma los números y previsiones que hay que dar a Asocia Inversión te exige que, si de por si tú eres exigente con el funcionamiento y gestión de tu sociedad, lo seas aún más en el sentido que Asocia Inversión actúa como una especie de auditor externo que te propone alguna idea con la que mejoras.
Asocia Inversión hace un seguimiento de la empresa para comprobar que la estrategia, los números que tú planteas se llevan a cabo bien y si la línea que llevas de gestión es la correcta, o si ellos pueden plantearte algo mejorable.
En general viene bien porque se trata de una figura externa, que no resulta intrusiva ni mucho menos, que te ofrece otra perspectiva del negocio porque te analizan en profundidad, y en cierta medida, eso te da tranquilidad para abordar los siguientes retos.
Pero sobre toda la filosofía de que una fundación burgalesa se esté implicando de verdad en el tejido empresarial y posibles proyectos de emprendimiento ayuda a que, de alguna forma, florezca el talento en la ciudad y en la provincia.
P.- ¿Está siendo 2021 el año de la recuperación de la hostelería? ¿Qué segmentos hosteleros liderarán la recuperación poscovid en el sector? (turismo vacacional, turismo de negocios, mercados domésticos, turismo familiar…)
RG.- Burgos ha respondido mejor a partir de julio porque dependemos en un porcentaje amplio del turista nacional (no como Barcelona que depende más del turista internacional), y sí que notamos un repunte fuerte de este tipo de turistas a partir de verano.
Este año además han coincidido varios eventos como el VIII Centenario de la Catedral -que ha tenido una repercusión mediática muy importante para nuestro sector-, el aplazamiento del año Jacobeo a 2021 y las Edades del Hombre. Todo ello ha tenido una influencia importante en posicionar a Burgos como reclamo turístico.
En cuanto al cliente de negocio desde septiembre y octubre de 2021 ya está empezando a recuperarse, y el turismo internacional se está recuperando en cierta forma, de hecho este verano hemos visto mucho turismo procedente de Francia por ejemplo, pero pegará el salto en 2022.
P.- Cobo Estratos, La Fábrica…o Grupo Rice con el propio Basterra Gastro Bar amplían o abren instalaciones con inversiones fuertes. ¿Hacía falta en Burgos una nueva generación de hosteleros con esta visión de crecimiento?
RG.- El gran éxito de los restaurantes está en una parte importante en la innovación, pero también en la excelencia. El buen producto bien elaborado es imbatible. Juan Mari Arzak dijo algo muy divertido una vez: “Yo creo que he creado 1.000 platos distintos con que uno o dos queden como platos clásicos me conformaría”.
Sí que es verdad que tenemos una nueva hornada de hosteleros haciendo inversiones muy fuertes.
Un emprendedor debe ser valiente y optimista. El emprendimiento entraña asumir riesgos, pero se necesita esa actitud de gestionar el negocio con optimismo.
P.- ¿La gastronomía es capaz de empujar a que el turista visite Burgos?
RG.- La gastronomía ahora mismo, dentro de las prioridades turísticas, es una de las patas importantes cuando planificas un viaje, y eso es una de las ventajas que tiene España respecto a otros países desde los últimos 30 años.
Burgos se ha posicionado en posiciones de cabeza respecto a otras ciudades que antes veíamos a distancia como San Sebastián, por ejemplo. Una ciudad con la que ahora nos podemos dar la mano en cuanto a las barras con pinchos, por ejemplo.
P.- Sus reivindicaciones desde la presidencia de la Federación de Hostelería de Burgos siempre han estado enfocadas hacia la falta de unidad de los hosteleros, y de estrategia de marketing para vender Burgos de cara al exterior. ¿Vamos por buen camino?
RG.- Somos un sector muy atomizado (muchas empresas) que buscamos intereses diferentes pero, una de las cosas buenas que ha tenido el Covid es que ha hecho la labor de unirnos un poco más.
En Burgos esa unión corporativa cuesta. A veces no valoramos la fuerza de la unión en un sector. La culpa puede ser de todos, pero las nuevas generaciones de hosteleros tienen otra mentalidad porque, quizás, se han movido más, y en ese aspecto estamos mejorando. La propia labor de la Federación está trabajando en ese sentido.
En mi opinión no tenemos que mirar al de en frente siempre como rivales o enemigos porque tenemos más cosas que nos unen de lo que nos separan. Sin embargo, muchas veces estamos más preocupados en cómo le va al de en frente que en nuestros propios negocios, y esto también lo puedo hacer extensible al comercio.
P.- ¿Y en cuanto la promoción turística de Burgos?
RG.- Respecto a la promoción turística es un trabajo esencial en el que hay que trabajar de una forma más estructura y mejor. Pongo un ejemplo. Te das cuenta de ello, porque cada vez que vienen amigos o conocidos te dicen con sorpresa: “Esta ciudad es maravillosa” porque quizás no saben que Burgos tiene tanto contenido histórico, monumental…. La lectura positiva es que se sorprenden, pero la negativa es que lo estamos vendiendo mal porque no conocen todo lo que podemos ofrecer.
En cierta forma aún mantenemos un dicho castellano de “El buen paño en el arca se vende” pero ya se ha quedado obsoleto; el mundo avanza en otra dirección porque hay que hacer promoción y cada vez más. Para que alguien se plantee Burgos como destino turístico antes ha debido escuchar algo de la ciudad y tener a Burgos en mente.
Otra de las estrategias que defiendo es que Burgos y su provincia deben caminar de la mano. Si juntas los recursos de la ciudad y los de la provincia tienes un paquete mucho más atractivo. Ayuntamiento y Diputación deben trabajar en conjunto para unir proyectos con los que ser más potentes y esa promoción sea más efectiva.
P.- ¿Cómo convive el turismo con otros sectores de la ciudad?
RG.- El sector industrial de Burgos siempre ha sido muy importante, pero el sector turístico cada vez ha ganado más peso específico a nivel nacional. Ya no sólo por los puestos directos que se generan sino por el número de proveedores que tenemos alrededor. En nuestro caso, tenemos 150 proveedores del Canal Horeca (cerveceras, bodegas, floristerías, las empresas que venden los corderos, etc) que viven en Burgos y a los que les estás comprando tú. Eso te hace una idea del potencial económico de nuestro sector.