La gestión del desempeño es una herramienta empresarial que promueve el talento entre los empleados. El objetivo de esta función es mejorar los resultados que los diferentes equipos de trabajo puedan obtener, mejorar la satisfacción y motivar el talento de la plantilla. "La experiencia muestra que empresas que gestionan de forma sistemática el desempeño logran mejores resultados y fortalecen su cultura y su proyecto empresarial", asegura el consultor Roberto Romano en este artículo.
7 de diciembre de 2021
Colabora: ROBERTO ROMANO DOMÍNGUEZ, gerente de Expersor
Hace algún tiempo que en el terreno de Recursos Humanos debatimos sobre la importancia del talento y sobre la necesidad de su adecuada gestión para que las empresas sean competitivas. No cabe duda de que disponer del talento preciso en nuestra organización es clave para poder realizar nuestro proyecto empresarial.
La experiencia que he adquirido como profesional de los Recursos Humanos, como empleado en una empresa y como consultor, me ha llevado a observar que en muchas ocasiones cuando hablamos de talento nos estamos enfocando en como conseguirlo y retenerlo. Creo que no prestamos suficiente atención a gestionarlo para obtener resultados y sacar el máximo partido para nuestro proyecto empresarial.
En un contexto como el actual en el que en varios sectores empresariales se hace difícil encontrar los profesionales requeridos, es decir el talento deseado, las empresas están viendo la importancia de reentrenar a las personas de sus plantillas para desarrollar las competencias que generen los resultados deseados (eso que se está llamando reskilling).
Las empresas siguen teniendo el reto de lograr alcanzar los resultados deseados con la plantilla (es decir el talento) de la que disponen. En proyectos de consultoría, en que he ayudado a empresas, han podido descubrir que la palanca para lograrlo es la implantación de un buen sistema de gestión de desempeño, obteniendo el máximo partido del talento del que disponen.
La gestión del desempeño para que apoye al proyecto empresarial ha de centrarse no solo en los resultados esperados (el qué) sino también en la forma de actuación de las personas (el cómo) que constituye los valores y cultura empresarial que le aportan sostenibilidad. Es importante cubrir cuatro etapas clave de forma sistemática y periódica:
- Definir las expectativas tanto en materia de resultados como de comportamientos.
- Facilitar la puesta en práctica y la ejecución diaria. Para ello hemos de facilitar la formación precisa, así como retroalimentación inmediata.
- Evaluar el desempeño de forma periódica tanto en el aspecto de resultados como de comportamientos; proporcionando retroalimentación a largo plazo e identificando desviaciones sobre lo deseado.
- Realizar ajustes y planes de acción en materia de reconocimiento, remuneración y planes de mejora.
Una fórmula muy positiva para la gestión del desempeño es la utilización de mecanismos de establecimiento y seguimiento de objetivos. En este sentido destaca actualmente la implantación de los sistemas de OKR que se fundamentan en la gestión de objetivos y resultados clave.
Para lograr que la gestión del desempeño obtenga el mayor partido del talento disponible requiere un contexto caracterizado por:
- Posibilitar que las personas conozcan qué se espera de ellas.
- Potenciar una interacción positiva entre el gestor y la persona.
- Promocionar una comunicación fluida y efectiva, así como un ambiente de confianza.
- Evaluar con la mayor objetividad posible, los resultados obtenidos y los comportamientos mostrados por una persona en su función.
- Proporcionar mecanismos de aprendizaje y mejora continua en función de la evaluación.
- Dotar de los medios necesarios y asegurar la integración con los sistemas de gestión de la empresa.
Al igual que en todos los ámbitos críticos de la empresa el estilo de liderazgo es clave para alcanzar los resultados deseados. La gestión del desempeño requiere un liderazgo caracterizado por:
- Potenciar la competitividad y optimizar los resultados por medio de su productividad y motivación personal; capacidad de motivar a otros; eficacia en gestión del tiempo y del estrés; proactividad; claridad de objetivos y delegación eficaz.
- Orientado al desarrollo de las personas por medio de la comunicación interpersonal; la mentorización de los subordinados; la creación de equipos; la toma de decisiones participativa y la eficaz gestión del conflicto.
- Crear un entorno de aprendizaje y mejora continua.
La gestión del desempeño al establecer las expectativas, aportar formación y recursos, así como realizar el seguimiento y mejora continua potencia la optimización de la gestión del talento y posibilita lograr los resultados deseados.
La experiencia muestra que empresas que gestionan de forma sistemática el desempeño logran mejores resultados y fortalecen su cultura y su proyecto empresarial.