La empresa de biotecnología Ficosterra suma este año dos nuevos premios de innovación tan relevantes como el Quailty Innovation Award o el Premio Emprendedor XXI impulsado por Caixabank deliberado el pasado 23 de marzo.

29 de marzo de 2019

Desde Emprendedores nos acercamos a la factoría de esta pyme burgalesa para conocer las claves de su éxito como participante en el programa Crecer de la Fundación Caja de Burgos. Nos acompaña su CEO de Ficosterra, Luis Lombana.

Llegamos a las instalaciones de Fiscosterra en el Polígono de Villalonquejar, empresa  de biotecnología que comparte recinto con su empresa matriz, Hispanagar.

Nos recibe su CEO, Luis Lombana.

–»¿Qué olor os viene?» -pregunta el responsable de la empresa de biotecnología a las puertas de la fábrica.

–»Huele a mar»

-«Exacto» -responde, complacido, el ingeniero de telecomunicaciones- «La definición que más me ha gustado es que aquí huele a bajamar, cuando las algas y crustáceos están en la arena después de la bajada de la marea”.

Hay un orgullo -que se respira en el ambiente- sobre la procedencia marítima de su materia prima, y su calidad. Algas que obtienen principalmente del cercano mar Cantábrico, bajo estrictos controles gubernamentales que garantizan la sostenibilidad del entorno en el que se extraen.

“El mar tiene infinitas posibilidades y, de momento, en el campo de la biotecnología, solo estamos aprovechando una pequeña parte”. El mar unido a la innovación. Vamos paso a paso.

Ficosterra nació en los laboratorios de la empresa Hispanagar como un proyecto  I+D+I relacionado con nuevos campos de aprovechamiento de las algas. Tras dos años intensos años de ensayos (2014-2016) el producto quedó totalmente definido, y en mayo de 2016, Ficosterra empezó su propio recorrido.

Biofertilizante

El sector de la biotecnología en España -donde la ciencia e ingeniería interectúan con los procesos más elementales de la naturaleza y la vida— representa ya el 8,6 del PIB. De las 3.000 empresas que trabajan en el sector, un 18% tienen una aplicación directa con la agricultura o los recursos forestales, según datos publicados por la Asociación Española de Bioempresas (Asebio).

En esta radiografia del sector se enmarca Ficosterra, cuyo nombre procede de ‘ficos’ -alga en griego- y del vocablo latino ‘terra’. Su marca comercial resume así su actividad: la transformación de algas para su uso sostenible en agricultura.

«Nuestro producto es un biofertilizante elaborado a partir de los principios activos de algas y otros microorganismos que estimulan los cultivos mejorando la productividad y aumentando la resistencia de las plantas a patógenos y estrés ambiental», explica Lombana.  Apto para todo tipo de cultivos, y compatible con la agricultura ecológica, los beneficios de aplicar el producto es «un aumento de la producción y adelanto de la misma», adelanta el directivo.

 

Maquinaria para el fermentado de algas de Ficosterra

 

Valores diferenciales

Con seis empleados y una facturación estimada de 350.000-400.000 euros para 2019, Ficosterra aporta tres valores diferenciales en su campo de aplicación, la agricultura:

  1. Procedimiento industrial en la captación de principios activos del mar.
  2. Cultura de innovación
  3. Apuesta por la sostenibilidad y el medio ambiente

Si bien la utilización de las algas como fertilizante se remonta al siglo XIX en las zonas costeras, Ficosterra es una empresa pionera en cuanto que ha «profesionalizado e industrializado el procedimiento» para su aplicación a la agricultura obteniendo hasta un 20% más de producción en muchos cultivos.

No lo dicen solo ellos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un documento  técnico sobre el alcance de la industria de las algas marinas aseguran que «estudios científicos han demostrado que estos productos pueden ser eficaces y actualmente tienen una amplia aceptación en los cultivos, ya que producen mejoras tales como mayores rendimientos, mayor absorción de los nutrientes del suelo, mayor resistencia a algunas plagas, especialmente la araña roja y los áfidos, una mejor germinación de la semilla y mayor resistencia a las heladas».

Laboratorio de Ficosterra

Ficosterra es la I+D+I del mar. Como empresa gestada en un laboratorio, llevan la innovación en su ADN.

«Tenemos interiorizado el espíritu de innovar, la vocación de ir buscando las posibilidades que ofrece el mar» , continúa el ingeniero.

Fruto de esta apuesta por la investigación, el equipo se encuentran en fase de desarrollo de un nuevo biofertilizante obtenido de una alga del Pacífico capaz de activar una serie de fitohormonas que mejoran el crecimiento de las plantas.

Y fruto de esta innovación, cada año van sumando nuevos premios. Tan sólo en este primer trimestre de 2019 se han alzado con el Quality Innovation Award en la categoría de microempresas, creado por la asociación finlandesa de Calidad y cuya ceremonia de entrega de celebró en Pekín en el mes febrero. Hace una semana, Ficosterra se alzó con el premio Emprendedor XXI que impulsa Caixabank en la edición de Castilla y León.

Un producto novedoso en un mercado tradicional

El 23 de marzo Ficosterra fue elegida ganadora del Premio Emprendedor XXI

«¿Choca la innovación de un biofertilizante de origen marino dentro de un sector tan tradicional como la agricultura?»-le preguntamos al CEO de Ficosterra, Luis Lombana.  «Probablemente sea uno de los mayores retos de la empresa, el introducir un producto novedoso en un mercado un tanto ‘inmovilista’ como es el agrario. Tenemos un discurso muy nuevo, diferente al que están acostumbrados y cuesta mucho entrar en el mercado y conseguir que prueben el producto. Pero una vez que comprueban sus propiedades, la confianza hacia el producto es máxima y obtenemos tenemos un índice altísimo de repetición de compra».

En este momento, la empresa dirige muchos recursos a la comercialización a través de una red de distribuidores que actualmente cubre el 40% del territorio nacional con el objetivo de acabar 2019 teniendo representación en el 100% del país.

A corto plazo, iniciarán un plan de internacionalización para conquistar otros mercados: países centro-europeos con Alemania como principal referente. Ficosterra ha analizado que los mercados maduros para la compra de fertilizantes respetuosos con el medio ambiente están de los Pirineos para arriba.

«El argumento de la sostenibilidad no es determinante en España. En Alemania, en cambio, tener los certificados de producto biológico te abre el 40% de su mercado», apuntilla.

Desde sus inicios, el equipo de Ficosterra tuvo claro que las certificaciones y marchamos de producción biológica como sohiscert y otras homologaciones internacionales les facilita la entrada a estos países clave en su expansión internacional. «Hemos dedicado a estas gestiones muchísimo tiempo, porque son complicadas y costosas de conseguir, pero es la única forma de ‘homologar’ nuestros valor diferencial como producto orgánico «.

Un impulso para seguir creciendo

El área de desarrollo empresarial de Fundación Caja de Burgos sigue con detalle el crecimiento de la biotecnológica Ficosterra. Desde enero de 2019 la empresa participa en el programa Crecer, un itinerario que les da acceso a una serie de recursos claves para su crecimiento y expansión internacional.

  1.  Asesoramiento en la definición, implantación y seguimiento de un Plan Estratégico.
  2. Acompañamiento y experiencia en la ejecución de los planes de acción a desarrollar.
  3. Cofinanciación de sus planes de acción a través de una línea de préstamos participativos.

«Estamos muy contentos con la ayuda que nos está brindando la consultora del programa Crecer en el diseño de nuestro plan estratégico. Muchas veces, el día a día, te impide ver las cosas con claridad, o aspectos que te has saltado por alto pero que son muy importantes en el desarrollo de la empresa. Ha sido un gran acierto «, concluye Luis Lombana.

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