Las emprendedoras Ibone Valerdi y Arantxa Arroyo son las responsables de la cooperativa Magea Escuela Activa, ubicada en Castrillo del Val, a escasos kilómetros de la ciudad de Burgos. Recientemente, su proyecto educativo ha sido premiado por encontrarse entre las 10 mejores iniciativas de emprendimiento social de España según la Universidad Europea. Desde Emprendedores Caja de Burgos nos acercamos al centro educativo para conocer las novedades que aportan sus responsables al mundo de la enseñanza.
22 de enero de 2019
Una mañana de invierno llegamos a las instalaciones de Magea, una escuela de educación activa ubicada en el entorno rural de Castrillo del Val creada en 2016. Los 19 menores matriculados en el curso 2018-2019 juegan sobre el césped helado; niños con niñas, pequeños con mayores. Los más de 3500 metros cuadrados de jardín propician el contacto de los escolares con la naturaleza. No hay timbres que indiquen el final del recreo, van entrando poco a poco a las aulas cuando se lo indican sus tutoras. Quizás porque saben que cuentan con otros dos descansos más a lo largo de la mañana.
La primera diferencia que descubrimos respecto a los colegios convencionales es que los niños se distribuyen en aulas multinivel, como en las pequeñas escuelas rurales: desde los 3 a los 5 años conforman el grupo de Infantil y los estudiantes de 6 a 10 años integran el grupo de mayores.
Una vez dentro de las clases, encontramos con la siguiente novedad: en las clases de Magea no hay libros que estudiar. Hay materiales con los que trabajar: molinillos de café, un planetario artesanal, fichas para ampliar vocabulario, puzzles de países… Con ellos, los niños y niñas se ven inmersos en decenas de posibilidades que exploran de forma autónoma, ayudados puntualmente por sus compañeros mayores.
Hablamos con las ideadoras de este proyecto innovador: la directora, Ibone Valerdi, y la jefa de estudios, Arantxa Arroyo. Las educadoras destacan los dos valores diferenciales de su escuela: la promoción de una pedagogía activa y, el cumplimiento a la normativa vigente de la para ser un centro autorizado por la Junta de Castilla y León.
El centro aplica de manera transversal principios de neuroeducación y educación activa, disciplinas que conviven en armonía con el contenido curricular de cada ciclo, detallan las emprendedoras. En el ciclo de Infantil el proyecto educativo aplica variables de la metodología Montessori, Waldorf o Reggio Emilia, utilizando materiales que fomentan el aprendizaje autónomo, la experimentación y el descubrimiento.
En cambio, en el grupo superior -con alumnado de 6 a 10 años-, tienen un método propio ideado por Ibonne Valerdi inspirado en los materiales Montessori y el Sistema Amara Berri que cubre el curriculum oficial propuesto por la Consejería de Educación del gobierno regional. El aprendizaje basado en proyectos complementa el modelo educativo en esta etapa y permite reforzar sus capacidades sociales mediante el intercambio de ideas y la colaboración.
“Entendemos la educación como la unión de dos elementos: los conocimientos o curriculum, por una lado, y el acompañamiento emocional, por otro”, subraya esta vez la jefa de estudios. “Da igual si enseñas inglés con materiales innovadores si después cuando un niño tiene una rabieta no sabes cómo acompañarle. Evitamos el castigo, la humillación, si los niños no están bien emocionalmente, no aprenden igual”, afirma.
Todo el equipo de Magea, conformado por un total de cinco profesionales (4 docentes y una administrativa) está certificado en un Programa de Habilidades Socioemocionales, una ‘disciplina positiva’ que trabaja aspectos como la autoconciencia emocional, la autorregulación o la asertividad. Para el desarrollo de este campo, Magea ofrece talleres semanales donde los pequeños trabajan dinámicas que les ayudan a exteriorizar sus emociones. “A través de marionetas hablamos lo que nos molesta del otro y lo que necesitamos para sentirnos mejor”. Sin embargo, el escenario perfecto para tratar los conflictos es justo en el momento que surgen momento -ya sea en el recreo, en el comedor o en mitad de un taller- Y para ello hace falta algo básico en educación: flexibilidad.
Flexibilidad: imprescindible en educación infantil
Las expertas en educación activa señalan la flexibilidad como un “elemento imprescindible” en la educación infantil. “Muchas veces, tenemos actividades programadas que sustituimos por otras charlas que ellos proponen porque han surgido espontáneamente, pero les damos prioridad porque esa era su motivación en ese momento. Luego eso se registra, y es un aspecto del curriculum que ya hemos tratado ”, expone Arroyo.
La iniciación a la lectura es otro ejemplo. “En esta Escuela hemos tenido niños que han aprendido con cuatro y otros con siete años. Lo importante no es cuándo aprendan a leer, sino que surja cuando el proceso madurativo cerebral del niño o niña esté preparado para hacerlo. El forzarlos deriva en otros retrocesos que saltan por otro lado”
Su apuesta por la pedagogía activa les facilita esa flexibilidad tan necesaria a estas edades.
Más diferencias: Magea Escuela Activa no utiliza libros de texto; tienen materiales y métodos propios, elaborados de forma constructiva, para que los estudiantes, poco a poco, y de forma individual vayan avanzando a su ritmo, no forzados por criterios secundarios como la edad.
“En el grupo de 6 a 10 años trabajamos con el curriculum completo, es decir, si un niño trabaja los números, yo tengo todos los materiales del ciclo completo. Y en su aprendizaje, ni freno ni presiono al alumno por no estar en el nivel que, por edad, le pueda corresponder”. Hay niños de siete años que pueden estar trabajando con contenidos de nueve años en unas áreas de conocimiento, y en otros bloques con contenidos curriculares de menos edad. Más o menos como nos pasa a los adultos.
Motivación
Cuando les preguntamos el papel que juega la motivación en el aprendizaje, contestan: “No se trata de que motivemos a los niños, sino respetar que tus motivaciones puedan salir adelante, que ellos puedan decidir qué quieren trabajar, a través de una forma manipulativa (no sentados siempre en sillas)”. Ibone pone un ejemplo reciente de sus alumnado. “Con los mayores trabajamos a través de proyectos y ellos han decidido que quieren investigar el Universo. Para ello estamos haciendo un cine documental, y les gusta tanto que incluso renuncian a salir al recreo para seguir trabajando en el proyecto”.
Y es que el instinto de aprendizaje, de descubrir, es un instinto humano, no es algo extrínseco que tengas que sacar, señalan. “Si tú respetas y haces un entorno y un clima de confianza y seguridad, eso se da solo”.
Una escuela abierta
Magea Escuela Activa es un proyecto social abierto a todas las familias burgalesas interesadas en principios pedagógicos afines al desarrollo de las emociones. Organizan en sus instalaciones campamentos, actividades extraescolares, formación y asesoramiento educativo para familias y docentes dentro de sus instalaciones como una forma de diversificar los servicios de la Escuela. Lectoescritura desde la Pedagogía Montessori, yoga infantil, matemáticas activas, Comunicación con signos para bebés y niños pequeños o masaje en familia son algunas de sus propuestas que regularmente anuncian en sus redes sociales.
Fuera de la Escuela, el equipo organiza formación a medida para otros centros escolares, y ofrece asesoramiento pedagógico/administrativo de renovación educativa para otros colegios interesados en su proyecto educativo.