La experiencia de emprender | El emprendedor y responsable de la empresa de lácteos Delicatessen Castro Valenera, Juan Cobo, admite que el desarrollo de un proyecto empresarial “cuesta hasta llorar” pero, en cambio, ese esfuerzo le permite llevar un estilo de vida acorde con su valores y compatible con su paternidad. “No tener jefes y poder contemplar la belleza de la montaña de Castro Valnera -que da nombre a su negocio- no tiene precio”
2 de septiembre de 2022
“Cuando nacieron mis gemelos lo tuve muy claro: me quiero quedar en mi pueblo y ver crecer a mis hijos”, asegura el emprendedor Juan Cobo con su particular estilo directo y tono montaraz durante su participación en la campaña La Experiencia de Emprender.
El joven empresario de Espinosa de Los Monteros y responsable de la empresa láctea Delicatessen Castro Valnera cambió la comodidad de trabajar en una multinacional de galletas con un contrato estable a ser “la persona para todo” de su propio negocio: comercial, artesano, contable…
Cobo entiende el emprendimiento como una «forma de de vida» que le permite vivir en el entorno rural que le vio nacer y llevar la vida que quiere junto a su familia.
Aun así, relata que los inicios son siempre duros porque los planes y proyectos nunca son lineales, y exigen reconducir muchos imprevistos y obstáculos.
“Emprender cuesta hasta llorar y si con el tiempo no aprendes a desconectar, mueres”. Juan Cobo
“Emprender cuesta hasta llorar y si con el tiempo no aprendes a desconectar, mueres”, destaca en su entrevista grupal junto con otros emprendedores del medio rural como Aitor García (Usanza) y Nazareth Aparicio (Vermiduero).
Delicatessen Castro Valnera es una empresa artesanal de lácteos elaborados con leche de la comarca de Las Merindades. El proyecto arrancó con la elaboración de yogures, y ha ido ampliando su gama con la introducción de quesos frescos de vaca y oveja, queso de cabra y mantequilla, entre otros productos. En sus inicios, el empresario empezó alquilando las instalaciones a otro artesano de su zona, hasta, que tras comprobar el que le negocio «tiraba», acabó inaugurando su propia nave. Prudencia y constancia son algunos de sus atributos como emprendedor.
Participación en el Programa Emprendedores
“Mis clientes aprecian especialmente la calidad y la cercanía del negocio (…) A veces la cercanía es ya un componente innovador cuando la mayoría de personas está obligadas a comprar ‘productos frescos’ que se han fabricado a miles de kilómetros de su casa”, asegura Cobo.
“Que la gente entre a la tienda y vuelva para comprar mis productos es lo que me da alas para continuar porque quiere decir que mis elaboraciones están gustando”, confiesa con respecto a su trabajo como artesano alimentario.
En cuanto a su participación en el Programa Emprendedores, el empresario rural destaca la ayuda recibida por sus mentores.
“Si no tienes a alguien marcándote el camino es muy complicado, estás perdido, y de no ser por el programa de Fundación Caja de Burgos hoy no estaría hablando con vosotros de emprendimiento”, admite.
También hace una crítica a la falta de claridad y complicación de las ayudas al emprendimiento. “Parece que para solicitar una subvención necesites hacer una carrera universitaria. Además, cuando necesitamos las ayudas es al principio, cuando arrancamos; si te la conceden a los tres o cuatro años, algunos no llegan a poder recibirlas”.
A pesar de las dificultades, el fundador de Castro Valnera subraya, con ironía, que su mayor error fue «no haber montado su empresa antes», y escoge la metáfora de “montaña rusa” como símil de emprendimiento.
«A veces, las cosas van bien, otras pareces que retrocedes pero siempre voy hacia adelante. El día que tengo malo me pongo la música a tope y sigo trabajando. Mañana será un nuevo día para mejorar».